La stripper amateur Kimmy nunca antes había experimentado un placer tan intenso mientras dejaba que el semental de ébano se la follara en la parte trasera de su coche mientras ella aún llevaba puestos sus pantalones cortos y su tanga. Se aseguró de que tenía una buena vista de ese gran culo negro de su botín, y él no estaba decepcionado cuando vio esas enormes tetas sacudiendo alrededor tampoco. Tan pronto como él deslizó su polla de nueve pulgadas en su apretado coño, Kimmy sabía que esto iba a ser un paseo infernal. Gritó de placer cuando él empezó a machacarla, con su gruesa carne abriéndole el agujero de par en par. Le encantaba lo real y crudo que era este sexo, como algo que verías en la calle o en el barrio. Sintió su cálido semen dispararse profundamente dentro de ella, llenándola de puro éxtasis.